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http://www.galeon.com/cienbas/petroleo.htm
El médico por formación y geólogo por inclinación, el canadiense Abraham Gesner es capaz de integrar la comunicación casual del amigo con las necesidades de un contexto que comenzaba a sentir el encarecimiento y la escasez del aceite de ballena, resultado de la despiadada eficiencia de la flota ballenera, y descubrir que el destilado de un mineral oscuro bituminoso, encontrado en el Condado de Alberta, New Brunswick, exhibe una llama excepcionalmente brillante para la época.
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Lo cierto es que para mediados del siglo XIX, inicialmente con el afán ancestral de encontrar nuevas fuentes para la iluminación, el petróleo aparece en el orden del día histórico.
Pionero en estas investigaciones fue el canadiense Abraham Gesner (1797 - 1864). Gesner publicó en 1833 su obra "Remarks on the Geology and Mineralogy of Nova Scotia" que constituyó un éxito público y lo impulsó a realizar, en un período de 1838 a 1842, un levantamiento geológico de la provincia de New Brunswick.
Al concluir su estudio geológico traba conocimiento casual de los experimentos desarrollados por el padre de un célebre amigo para utilizar un gas, obtenido a partir de una brea, como agente de iluminación. La comunicación del amigo, integrada a un contexto que necesitaba encontrar un sustituto para el aceite de ballena, y activamente reflejada por los conocimientos geológicos de Gesner, lo conducen a estudiar los productos volátiles de esta brea y en 1846, en una disertación pública anuncia haber descubierto mediante destilación de la brea de Trinidad un producto ideal como agente de iluminación, por la brillantez que acompaña a su combustión.
Lo llama “keroseleno” (del griego keros = cera y elaion = aceite es decir aceite de cera) y pronto se acorta al nombre como lo conocemos: keroseno.
En la búsqueda de una materia prima que superara a la brea, Gesner descubre que el destilado de un mineral oscuro bituminoso, encontrado en el manantial de Frederick en el Condado de Alberta, New Brunswick, tiene un excepcionalmente alto contenido de gases y de fracciones líquidas ideales, del tipo del keroseno, para el propósito que esperaba: una buena iluminación durante su combustión.
La lámpara de keroseno, anunciada a 34 años de la patente para la fabricación de la primera bombilla eléctrica por Thomas Alva Edison (1847-1931), se convertía en un poderoso estímulo para la prospección del petróleo y el desarrollo ulterior de la industria petrolera.
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